domingo, 18 de diciembre de 2011

Intento

Intento disfrutar caminando por la calle mientras el peso de mi cuerpo pasa de un pie a otro, intento disfrutar caminando mientras el  viento acaricia mi cara y la vuelve más fría, diciendo "estoy viva" , en lugar de decir "qué frío hace".
Intento fijarme y observar siempre que puedo, todos los atardeceres y todos los amaneceres que tengo oportunidad de ver.
Intento correr lo más rápido posible hasta agotarme cada vez que entreno, sé que mi juventud no será eterna y tal vez dentro de unos años no pueda hacerlo, no podré correr así.

Intento reírme de mis errores, mirar a la cara a mis problemas y no amargarme por ellos. Intento mantenerme tranquila y serena cuando el resto no hace otra cosa que llenar su cabeza de pensamientos y sentimientos destructivos, negativos y obsesivos, que lo único que hacen es poblar sus mentes poco a poco, hasta que llegan a dominarlas. Pero claro, esto sólo ocurre si ellos permiten que ocurra, lo cual viene siendo así, entonces el círculo vicioso termina y vuelve a comenzar, como un laberinto sin salida.

Intento sonreír cada vez que los rayos del sol chocan contra mi cara y me hacen sentirme mejor, pensando que esto no será eterno, y que algún día, todos nos vamos, y nuestras oportunidades de disfrutar de estos pequeños detalles cada día se agotan más.

Disfruto mientras escucho música y mientras canto, sé que hay personas que no lo pueden hacer y yo soy privilegiada por el simple hecho de poder ver y escuchar, y me quejo de cien mil y una cosas sin importancia, me quejo de tonterías por las que no me debería quejar, tengo una vida maravillosa, una vida a la que unos llamarían “asco de vida” , otros dirían que no está mal, otros buscarían siempre las cosas malas para quejarse de ellas, y así se pasarían durante toda su vida. Yo prefiero aprovecharla, sin pensar en lo que tengo o en lo que no tengo, sólo pensando en lo que estoy viviendo, y en cómo lo estoy viviendo.

Veo diariamente a personas que perdieron su juventud, que fueron jóvenes y ahora sólo esperan el final de su vida, que observan cómo los niños juegan, cómo las personas se vuelven a equivocar una y otra vez a lo largo de sus vidas, y cómo algunos aprovechan su vida y otros la desaprovechan. Ellos desearían volver hacia atrás en el tiempo y volver a equivocarse, y tener la oportunidad de rectificar, de vivir más plenamente y de aprovechar mejor los pequeños detalles que forman parte de cada minuto de nuestras vidas.

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